La lapidación es un medio de ejecución muy antiguo que consiste en que los asistentes lancen piedras contra un reo hasta matarlo. Como una persona puede soportar golpes fuertes sin perder el conocimiento, la lapidación produce una muerte muy lenta. Esto provoca un mayor sufrimiento en el condenado, y por ese motivo es una forma de ejecución que se abandonó progresivamente —junto con medidas como la tortura— a medida que se iban reconociendo los derechos humanos. Actualmente, este procedimiento está localizado principalmente en países de Africa, Asia y Medio Oriente, donde se castiga a las personas que mantienen relaciones sexuales ilegales. La ejecución por lapidación suele llevarse a cabo estando el reo tapado por completo con una tela (para no ver los efectos), enterrado hasta el cuello o atado de algún modo mientras una multitud de personas le tira piedras. Está extendido especialmente en países musulmanes de corte social fanático radical de aplicación de la sharia también denominado fundamentalismo islámico. Y cabe mencionar que la mayoría de las víctimas de esta atrocidad son mujeres.
Todo esto viene a colación pues días atrás vi una película llamada "The Stoning of Soraya" (La Lapidación de Soraya"), la cual cuenta la historia de Soraya Manutchehri. La película es una adaptación del libro "La Femme Lapidée" del autor Franco-Iraní Freidoune Sahebjam; el cual, por supuesto, está basado en una historia de la vida real. Sobra decir que el contenido de la película es bastante fuerte y, por momentos, abrumador -no es recomendable si son demasiado sensibles-, y el sentimiento se vuelve aún peor cuando se recuerda que no se trata de una historia que se le ocurrió a algún director Hollywoodense, si no de una historia verdadera.
No puedo explicarles cuán retrograda encuentro este tipo de actos y cuánto me molesta la injusticia de los mismos; sé que pensamos que estando del otro lado del mundo no hay nada que podamos hacer, pero pienso que difundiendo esta información, eventualmente se llegará al punto en que el resto del mundo volteé hacia estas naciones y las juzgue de tal manera que se les haga saber que lo que hacen no sólo no está bien, si no que es uno de los actos más inhumanos que se pueden cometer en la vida. Así que si quieren ayudar, ya saben por dónde comenzar y ojalá más temprano que tarde podamos escuchar que ese tipo de actos barbáricos no existen más en ningún lugar del mundo.
Esta es una fotografía de la verdadera Soraya cuando era pequeña.